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Educar en Límites y Afectos
Fecha de Publicación: 6/29/2015Como padres somos quienes primeramente ayudamos a nuestros hijos a conocer y controlar las emociones para evitar conductas futuras que sean difíciles de manejar y sentimientos que perturben su estabilidad emocional. Curiosamente el control de los impulsos, la autorregulación, la tolerancia a la frustración y por ende el manejo de las conductas es una tarea que empezamos hacer de manera muy natural desde que nacen nuestros hijos. Cuando hablamos de educar las emociones estamos hablando de construir una relación con nuestros hijos momento a momento al mismo tiempo les establecemos límites. Sólo teniendo en cuenta estas dos tareas principales estamos educando para la vida, para ser capaces de contener a otros, capaces de respetar, de afrontar las dificultades sin abandonar las responsabilidades, y de ser seguros en las situaciones de la vida.
La disciplina contribuye a que los hijos acepten tanto las reglas como los límites y que desarrollen autocontrol. A través de la disciplina, niños y niñas aprender a pensar en los demás y a expresar sus sentimientos sin ofender. También contribuye a que los niños asuman la responsabilidad de sus actos.
La pregunta más importante es: ¿Cómo podemos educar con límites y afecto de manera efectiva a nuestros hijos? Aquí algunas sugerencias para ello:
- Tener en cuenta la etapa de desarrollo de nuestro hijo
- Implementar rutinas y horarios
- Definir los deberes y derechos de cada miembro de la familia
- Ser nosotros los padres/ adultos quienes delimiten cuales serán las reglas y rutinas en la familia.
- Fomentar la responsabilidad.
- Las normas deben ser claras, cortas, duraderas, coherentes, ajustadas a la realidad, que aporten seguridad
- Establecer consecuencias
- Hacer referencia sobre lo que se debiera o no de hacer, es decir que ellos sepan qué esperamos
- Ayudarlos a entender e internar las normas ya que esto hace que los niños se sientan más seguros y maduros, a tener un bueno concepto de sí mismo/a y de los otros
- No criticar a la persona sino su conducta,
- No exceder en los premios y consecuencias-castigos.
- No justificar los errores de los hijos
- No potenciar las actitudes egoístas, dependientes, el escaso autocontrol, el miedo, la inseguridad de las propias capacidades. ·
- Fomentar el respeto por las demás personas.
- Intervenir cuando la conducta no sea adecuada y enseñarles la manera correcta.
- Utilizar consecuencias reales y justas que tengan que ver con la mala conducta.
Además para lograr desarrollar una disciplina asertiva en la educación de nuestros hijos debemos tomar en cuenta:
- Elogiar la buena conducta
- Identificar los episodios de mala conducta cuando sólo quiera llamar la atención.
- Utilizar el diálogo guiado verificando cuál es la regla que se está desobedeciendo y dirigiéndose en un tono de voz firme comentando lo que debe hacer.
- Utilizar el momento de tiempo fuera como apoyo. Para niños pequeños de hasta 18 meses, se puede utilizar un lugar específico o en una silla.
- Se recomienda el tiempo fuera en lapsos cortos,1 minuto por cada año de vida.
Es importante mencionar que el “tiempo fuera” es una estrategia positiva que se puede utilizar en vez de gritar, amenazar o dar una palmada porque se ha portado mal. Si se utiliza de manera correcta, constituye una forma eficaz que contribuye a que los niños aprendan el autocontrol y conductas más apropiadas. Una de las recomendaciones del tiempo fuera, requiere que se conserve la calma. Al enojarse, corremos el riesgo de perder el control e infligir un castigo demasiado duro o lastimar a los hijos. El tiempo fuera ofrece a todos la oportunidad de calmarse. Utilice esta estrategia como consecuencia de una rabieta o un comportamiento grave. Si el lugar donde se aplicará el tiempo fuera está lleno de juguetes o se encuentra allí la computadora, considere utilizar otro lugar que no contenga cosas interesantes, pero que sea segura, iluminada y ventilada. Es muy importante que ellos sepan en qué consiste el tiempo fuera. Cuando no ocurra ningún problema, explíquele cuáles son las conductas específicas que ameritarían esta consecuencia y muéstrele lo que sucederá.
Un entorno seguro, estimulante y positivo reduce las posibilidades de la mala conducta y aumenta la posibilidad de que el uso de la disciplina asertiva sea más eficaz. Para tener los mejores resultados, es importan te crear un clima familiar cálido, abierto y cariñoso; favoreciendo la comunicación de emociones, hablando de lo que nos ocurre o de lo que nos hace sentir contentos o tristes. Además de ser firmes, estructurados y constantes en la disciplina.
Finalmente, debemos reconocer que nosotros somos los modelos de nuestros hijos, por lo tanto, con nuestro ejemplo, generaremos aquellas conductas que queremos que los niños aprendan y mantengan durante su vida.
Escrito por Mrs. Andrea Gracia
Directora de Campus Anáhuac