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Gracias por contarme un Cuento.
Fecha de Publicación: 10/6/2016
Comenzaré este artículo compartiéndoles dos escenarios vistos recientemente.
En uno de ellos se acercaba una pequeña de unos 5 años a ver un cuento en un bazar y decía emocionada “¡Mamá, cómprame un libro!” con tristeza escuché que la mamá le decía: “Ay, ¿para qué quieres un libro?” y la niña cambió su carita de emoción y ya no dijo nada. Esa señora sin saber había dado un mensaje muy claro: no vale la pena un libro.
El otro escenario es muy diferente. Pude ver una fila de niños emocionados eligiendo los libros que comprarían y aún si no compraron, pudieron verlos, hojearlos, leerlos y emocionarse con algo tan bonito como una “Feria de Libros”.
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Le di el título “Gracias por contarme un cuento” porque así empieza la lectura. Cuando tu hijo es pequeño y te permites el tiempo para compartir esta actividad que se fomenta principalmente desde casa.
Ahora tenemos la gran ventaja de que hay infinidad de libros para niños, iniciando por los libros con ilustraciones grandes para los pequeñitos. Con los que podemos estimular su atención visual y su lenguaje.
Libros con historias y personajes donde se presentan una secuencia de imágenes y acciones y ellos pueden aprender conceptos de tiempo, de orden, de consecuencias y donde los niños ya pueden familiarizarse con los textos.
Y después los “libros con letras” esos libros que no pueden sustituirse por un videojuego ni por un celular. Porque los libros nos permiten aprender, reflexionar, imaginar y también hacer cambios positivos en nuestra vida.
Leerle un cuento a tu hijo es importante por la relación y el tiempo que compartes y porque esa acción de leer está asociada al afecto. Además desarrolla en él, la imaginación, la curiosidad y permite que se lleve a cabo un importante proceso de estimulación neurológica que difícilmente se logra con otra actividad.
Para que sus hijos se interesen por los libros tenemos que ser ejemplo, primero nosotros como padres, madres, abuelos y abuelas. Iniciar la lectura desde la infancia para que tu hijo aumente sus aptitudes lingüísticas e intelectuales. Organizarse y establecer un horario para hacer determinadas cosas. Dejar que sus hijos elijan libremente el libro, nosotros actuar solo como guía. Tiempo para escuchar sus dudas y preguntas para fomentar la confianza, lo que buscan es atención y hay que dársela.
“No podemos convencer a nadie de algo si primero, no ofrecemos ejemplo. De nada vale obligar a un niño a leer si nos ve a nosotros frente al portátil o la televisión. Imponer jamás resulta adecuado. Si desde muy pequeños nos ven acompañados por un libro es más probable que se sientan interesados, que te pregunten que te imiten.
Aunque no lo creas, los niños entienden mucho más de lo que crees. Antes de empezar a hablar entienden ya infinidad de palabras. Antes de empezar a leer, pueden adquirir muchos otros conocimientos: el lenguaje poético, los juegos de palabras y las rimas, el escuchar historias orales. En esencia, necesitan ser estimulados. Sentarnos con ellos junto a un libro de cuentos y empezar a leerles será ya un claro incentivo para ellos. Escuchar tu voz, tu entonación, la trama de la historia son pequeños escalones hasta que su cerebro esté lo bastante maduro como para asentar el proceso lecto-escritor.” Valeria Sabater.
Busquemos y valoremos el desarrollo de la Lectura como algo fundamental para nuestros hijos. Continuemos fomentando este hábito en sus familias y esperemos escuchar las palabras mágicas “Gracias por contarme un cuento.”
Escrito por Mrs. Lulú Peña / Directora de Campus Concordia.