ARTÍCULOS DE INTERÉS

¿Sabías que...?

· Montar en bicicleta regularmente reduce el riesgo de infarto en un 50%, estimula los pequeños músculos de las vertebras dorsales, impulsa la potencia del sistema inmunológico, oxigena el cerebro y estimula la liberación de endorfinas, los neurotransmisores de la felicidad. Además ayuda a controlar el peso, ya que una hora pedaleando permite quemar hasta 300 calorías, y a tonificar músculos como bíceps, cuádriceps, gemelos, cuello y glúteos, entre otros.

· Si dejas de fumar obtendrás beneficios desde los 20 minutos siguientes al consumo del último cigarrillo, según varios estudios tras este intervalo de tiempo la presión arterial baja a su nivel normal, la frecuencia cardiaca desciende a valores normales y la temperatura de las manos y de los pies aumenta también hasta valores normales. Además a las 24 horas de dejar este hábito disminuye el riesgo de sufrir un infarto cardiaco; a las 48, aumenta la agudeza del olfato y el gusto; a las dos semanas, mejora la circulación y la función pulmonar aumenta hasta un 30% y tras nueve meses vuelven a crecer los cilios en los pulmones, lo que mejora la capacidad para limpiar el pulmón y disminuir las infecciones. Una vez superado el año, el riesgo de padecer insuficiencia coronaria ya será un 50% mejor que el de un fumador, y tras cinco años de no fumar, el riesgo de morir de enfermedad cardiaca es igual al de los no fumadores.

· La lesión conocida como “la rodilla del corredor” es la más frecuente no sólo entre los corredores avanzados, sino también entre los que empiezan a darle a la carrera. El síndrome de la cintilla ileotibial, que es su nombre científico, se produce cuando se tensiona este músculo, provocando que en su paso por la rodilla roce con la bursa y el fémur, causando así una fricción que provoca dolor intenso. Estos dolores localizados en la parte lateral de la rodilla se hacen patentes durante la carrera, especialmente en terrenos con desniveles, y se agrava al ampliar la zancada. Para evitar esta lesión hay que llevar las zapatillas idóneas y que sean adecuadas a las características de la pisada, no aumentar el volumen de kilómetros de manera exagerada, mantener fuerte el glúteo medio y analizar y mejorara la técnica de carrera, es decir, aprender a correr de manera correcta. Además, es fundamental culminar siempre los entrenamientos con una buena sesión de estiramientos.

· Algo tan sencillo como el flato no consigue poner de acuerdo a los especialistas en cuanto a su causa. Todavía no se sabe con certeza a que se debe este dolor abdominal que surge al realizar ejercicio físico, aunque la versión que más se maneja es que consiste en un aviso del bazo antes de inflamarse para que reduzcamos la intensidad del ejercicio. Otras teorías afirman que se puede deber un aporte insuficiente de sangre al diafragma o a una sobrecarga en los ligamentos de este órgano originada por movimientos de arriba-abajo. En ese caso tendrían que soportar el empuje de los órganos situados por debajo de él. Si hay alimentos este empuje es mayor debido al mayor peso del estómago. Según los últimos estudios, la explicación estaría en que el estómago roza cuando está lleno con el peritoneo y éste se irrita produciendo dolor. El peritoneo es una membrana muy sensible que rodea al estómago y las vísceras. No obstante, sea cual sea la causa, se puede ayudar a que no aparezca evitando comer al menos  dos horas antes de una sesión de ejercicio y evitando los alimentos con mucho azúcar, grasa,  y sal. Beber mucho pero a pequeños sorbos también ayuda, y nunca bebidas con gas.

· Cuando se sufre un calambre lo que ocurre es que un músculo o un grupo de apenas unas pocas fibras se contrae de forma involuntaria, produciendo un intenso dolor. Esta contracción se manifiesta como un espasmo y cuando éste se mantiene en el tiempo se convierte en lo que comúnmente llamamos calambre. Cuando nos movemos de manera natural nuestros músculos están controlados de forma voluntaria y aunque ocurre de forma inconsciente, contraemos y relajamos los músculos que queremos utilizar. Al realizar ejercicio ocurre que se puede llegar a sobreestimular esos músculos hasta que se fatigan y no logran volver a relajarse de la manera adecuada. Si te ocurre de nuevo interrumpe la actividad que estás realizando, procede a estirar el músculo y a darle un masaje para que la tensión desaparezca. Cuando el espasmo ceda, la extremidad se debe poner en movimiento con suavidad para que el músculo trabaje, con la finalidad de prevenir el resurgimiento del malestar. Finalmente, se puede refrescar la región con agua fría.

Escrito por Mr. Rodolfo Macías / Coordinador Deportivo

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